DEIA.MARTA FDEZ. VALLEJO | SAN SEBASTIÁN
Los centros de FP se han convertido en el «principal motor» de creación de empresas en Euskadi. Es una realidad que exhibe con orgullo el viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco, Jorge Arévalo. Le avalan los datos. Desde el año 2004 hasta 2014, los alumnos que se titulan en la FP Superior de Euskadi, con el apoyo de los institutos y sus profesores, han creado 450 empresas. El 80% de ellas continúa funcionando a pesar de la crisis económica. Las firmas que mejor han encajado en el mercado laboral son las dedicadas a instalaciones eléctricas, electrónicas y de gas, informática, automoción, hostelería, audiovisuales o fabricación mecánica, entre otras.
El proyecto de creación de empresas desde los centros de FP, denominado ‘Urratsbat’, comenzó en 2002, y el Gobierno Vasco ha recogido datos de sus resultados desde dos años después, hace ahora una década. Es una de las iniciativas por las que ha apostado el Departamento de Educación hasta conseguir que en la actualidad los institutos que imparten ciclos superiores -hay más de 20.000 alumnos matriculados en ellos- se hayan convertido en viveros e incubadoras de empresas.
Cada centro dispone de una persona que realiza labores de sensibilización y dinamización de iniciativas empresariales. Los estudiantes presentan sus proyectos y se eligen los que tienen más posibilidades de salir adelante. El número de ideas de negocio crece imparable desde hace años. Por ejemplo, en 2012 los alumnos presentaron 108 propuestas y se crearon 38 empresas; en 2014 han sido 160 ideas para acabar por abrir 74 firmas y el próximo año el Gobierno Vasco quiere recoger 230 proyectos y poner en marcha cien nuevos negocios.
Estos jóvenes emprendedores pueden utilizar durante un año las instalaciones y los equipamientos de su instituto. Su sede es el propio centro de FP. «Tienen acceso a los talleres y maquinarias y evitan de ese modo hacer un fuerte desembolso al principio», comenta Arévalo. Superado ese período, los técnicos en FP que lanzan su propia empresa deben instalarse por su cuenta.
Aunque los negocios relacionados con la industria tienen más tirón en el mercado, la mayoría de los proyectos que se llevan a cabo -el 60%- están relacionados con los servicios, hostelería, estética, comercios y ocio, principalmente, ya que no precisan de grandes inversiones en equipamientos para ponerlos en marcha. En todo caso, los proyectos que logran mayor éxito son los relacionados con la industria, desde fabricación mecánica, automoción, instalaciones eléctricas, electrónica o informática.
El Gobierno Vasco premia cada año a la mejor propuesta con el fin de incentivar las vocaciones emprendedoras. El galardón este año se lo ha llevado la firma Amorebieta Motor Racing. Es una firma que construye motos de competición, réplicas de modelos antiguos y otras ‘a la carta’, además de funcionar también como taller de reparación. Sus dos socios, Ibón Ordóñez y Erlantz Zelaieta, son exalumnos del instituto de FP de Iurreta, de la especialidad de automoción. Antes de montar este taller, Ibón fue mecánico en equipos de alta competición, entre ellos el del actual campeón del mundo Marc Márquez. Su negocio va viento en popa. «Hicimos una réplica de una ‘Derby’ de Ángel Nieto, que la vendimos muy bien y con ese dinero pudimos pagar las primeras instalaciones. Ahora tenemos muchas ventas, nos va de lujo», comenta orgulloso Ibón.
El pasado año una firma impulsada por el instituto Txorierri de Derio, la cooperativa ‘Engineering Solutions and Services’, fue la elegida como la mejor iniciativa. Es una ingeniera de automoción, con dos socios y cuatro personas contratadas que tiene ya clientes por toda España, Portugal, Hungría y China. Al igual que estas dos empresas galardonadas, la mayoría de los proyectos que se consolidan con estos emprendedores nacidos de la Formación Profesional cuentan con tres o cuatro trabajadores. «Pero estas pequeñas empresas surgidas de la FP pueden construir y regenerar el tejido industrial», añade el consejero.
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