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España emprende, nada es imposible’. Es la fórmula elegida por un grupo de empresarios y miembros de escuelas de negocios para una campaña que pretende concienciar al país sobre la “necesidad y urgencia” de impulsar el emprendimiento para afrontar los nuevos retos económicos. Entre sus recetas “prioritarias”, la iniciativa propone cambios regulatorios para limitar a 24 euros los costes derivados de la constitución de una empresa.

Los impulsores de la campaña anunciaron en un comunicado que aspiran a impulsar reformas que permitan realizar por internet y en sólo 24 horas todos los trámites necesarios para abrir un negocio. En materia tributaria, piden rebajas fiscales, la devolución mensual del IVA a todas las empresas de nueva creación y un sistema de cálculo de cuotas de la Seguridad Social menos gravoso para los empresarios, ligado a la cifra de negocios, durante los tres primeros años de su andadura.
Para sus promotores, ‘España emprende’ es “el reflejo de la necesidad de crear nuevas empresas, de generar nuevos puestos de trabajo, de buscar nuevos mercados, de unir personas e ideas y promover una sociedad emprendedora como motor del cambio económico y social”.
En cuanto a la financiación necesaria para lograr esos objetivos, la iniciativa nace también con la vista puesta en el dinero público. Los firmantes piden la creación de dos fondos de capital público-privado, pero de gestión sólo privada.
La primera de esas dotaciones, denominada ‘Fondo de emprendimiento de capital semilla’, se ocuparía del “desarrollo de la pequeña empresa”. La segunda sería un “Fondo de capital riesgo” participado por el ICO y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) junto a sociedades de capital riesgo, destinado a “empresas de nueva creación o ‘startups’ de carácter innovador”.
‘España emprende’ también pide cambios en todos los niveles del sistema educativo (básico, medio y universitario) de cara a la “implantación de la educación emprendedora”. Y plantean el “desarrollo de programas que promuevan la creación de empresas” en los centros de estudios. Según sus previsiones, si estas medidas se llevan a la práctica podrían crearse “500.000 empresas en los próximos años”.

Sabin Azua. Socio Director de B+I Strategy.

Me ha venido a la cabeza la famosa película de Sydney Pollack, que en su versión en castellano se tituló: “Bailad, bailad malditos”, al oír todas las voces que claman por la necesidad de crear empresas para salir de la crisis en la que estamos inmersos. Es como si la evocación al espíritu emprendedor actuara como una conjura para ahuyentar a los malos espíritus.

No cuestiono la bondad de estas voces, ni su indudable necesidad, pero tengo la impresión de que estas apelaciones pueden caer en saco roto dado que no existe en la sociedad actual una cultura imperante donde prime la extensión de una fuerte vocación de crear empresas entre la ciudadanía.

No podemos olvidar el hecho de la disparidad de velocidades entre la actual necesidad de generar nuevas actividades empresariales que sustituyan las fuentes de generación de riqueza actuales y el período necesario para madurar proyectos empresariales con potencial de desarrollo. La acuciante necesidad de desarrollar iniciativas que tiendan a generar empleo en el corto plazo no tiene una adecuada respuesta en el ritmo de creación de proyectos empresariales y en su capacidad de tracción de la economía.

La escasez de resultados no será por la ingente cantidad de recursos económicos y humanos puestos al servicio de los emprendedores por parte de las diferentes administraciones públicas. Si se analiza nuestro sistema de apoyo al emprendizaje, homologable al de los principales países europeos, no encontraremos fisuras destacables en programas, instrumentos y procesos facilitadores de la concreción de las ideas en proyectos empresariales.

Es más, me atrevería a afirmar que tenemos un auténtico “portaviones” de instrumentos de apoyo al emprendizaje para navegar por un río, que no se corresponde con los resultados que se obtienen en materia de generación de nuevas actividades empresariales.

Entonces, ¿cuál es el problema?, ¿por qué no conseguimos que los resultados de los procesos de apoyo al emprendizaje nos satisfagan?, ¿por qué se extiende la sensación de que la sociedad vasca ha perdido su impulso para la generación de proyectos empresariales? ¿por qué un número importante de jóvenes prefiere ser funcionario que emprender otro tipo de actividades profesionales?

Desde mi punto de vista tenemos un punto de partida erróneo en el proceso. La actitud y capacidad emprendedora de una sociedad y de los individuos que la componen está fuertemente enraizada con la identidad (podemos afirmar que aquí tenemos un elemento positivo), pero debe ser educada y trabajada desde la infancia.

Creo que, lamentablemente, hemos confundido el significado de la palabra emprendizaje, ya que lo hemos asimilado con la creación de empresas, estructurando los procesos de apoyo a la búsqueda de proyectos empresariales y/o a la materialización de una idea de negocio. Yo no creo que este sea el camino correcto para ayudar a la generación de emprendedores.

En mi opinión, deberíamos incorporar el emprendizaje (entendido como el desarrollo de la curiosidad, el fomento de la inquietud intelectual, el cuestionamiento permanente del orden establecido, la capacidad para asumir riesgos, la permanente experimentación, la proactividad, la innovación creativa, la capacidad de dialogar, la no estigmatización del fracaso, etc.) como proceso de aprendizaje en todos los itinerarios formativos desde la educación infantil.

Cuando las personas con actitud emprendedora se encuentren, de manera individual ó dentro de las organizaciones en las que trabajan, ante la posibilidad de crear algo nuevo, lo harán. No debemos formar creadores de empresas, sino creadores de situaciones nuevas. La conjunción de negocio y emprendizaje dará lugar a nuevas empresas cuando se de esta conjunción

Más emprendedores vizcaínos que alemanes

Publicado: noviembre 15, 2012 en Uncategorized
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 Los emprendedores vizcaínos involucrados en la creación de nuevas empresas (un 6,33%) superan a los alemanes (4,47%) y franceses (6,03%), según datos del Regional Entrepreneurship Monitor ofrecidos por la patronal vizcaína (Cebek).

¡Emprendedor!

Publicado: octubre 30, 2012 en Uncategorized
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La palabrilla optimista salta como un chinche de la publicidad de los bancos a los teóricos de empresa, de las promesas de los ministros del ramo a la ingenuidad de jóvenes que se tragan el discurso de que todo en esta vida depende de la voluntad.

EL PAIS Elvira Lindo 24 OCT 2012 

Las palabras no tienen la culpa, desde luego, pero su utilización engañosa, el abuso con que aparecen en el discurso de las personas públicas deteriora su sentido, aunque sea positivo. Así me sucede con la palabra “emprendedor”. Pueden ser manías personales, lo asumo, pero esta palabra contiene, en el uso actual, unas connotaciones ideológicas que detesto. Y es que justo cuando la crisis ata de pies y manos a un porcentaje histórico de los jóvenes españoles, la palabrilla optimista salta como un chinche de la publicidad de los bancos a los teóricos de empresa, de las promesas de los ministros del ramo a la ingenuidad de jóvenes (los hay) que se han tragado el discurso de que todo en esta vida depende de la voluntad, es decir, de la audacia con la que asumamos un proyecto, de nuestra capacidad psicológica para ser emprendedores.

Lo inaudito es que la palabra se haya colocado en el top ten de términos que tienen como fin ennoblecer cualquier discurso precisamente cuando a las personas jóvenes más difícil les resulta levantar de la nada una empresa. No ya porque los bancos no den créditos, sino por la interminable burocracia que se ha de sortear y sobre la que este periódico informaba ayer mismo con datos provenientes del Banco Mundial. Por un lado, se extiende la idea de que del paro y la desesperación puede salir uno mismo si se atreve a montar una empresilla original, rompedora, atractiva y medio artesanal; por el otro, la estructura legal de este país no hace más que poner palos en las ruedas a quienes tratan de hacerlo.

Es un discurso muy americano ese que entiende que la salvación depende solo de uno mismo. La diferencia es que allí esa feroz mentalidad capitalista cunde de manera mucho más coherente y la palabra emprendedor cobra sentido: asumes riesgos pero el Estado no se dedica a castigarte por ello.

El Parlamento de Vitoria ha aprobado la Ley de Apoyo a las Personas Emprendedoras y a la Pequeña Empresa del País Vasco, que establece que el Ejecutivo autonómico concederá ayudas para compensar al 100% las tasas municipales por inicio de actividad que deben pagar quienes ponen en marcha un negocio. La norma, que había sido presentada por el grupo parlamentario del Partido Popular a través de una proposición de ley, recibió ayer el visto bueno del pleno de la Cámara.

Esta ley también establece que las personas que hayan recibido el visto bueno del Servicio Público de Empleo Estatal para recibir la prestación por desempleo en un pago único, con el fin de poner en marcha un negocio como autónomos, podrán recibir, por parte del Gobierno vasco, dicha cantidad de forma anticipada.
La ley contempla la creación de un fondo de capital público-privado destinado a ayudar a los emprendedores con proyectos innovadores, a través del que se podrá participar en el capital de la iniciativa correspondiente o apoyar la gestión de la empresa. Entre las medidas de apoyo económico figura la aprobación de microcréditos para emprendedores y microempresas que lleven funcionando menos de tres años.
Otros apartados de la ley inciden en la simplificación de los trámites para poner en marcha actividades empresariales, medidas para evitar «la competencia desleal de las administraciones vascas», y también se incluyen medidas de carácter fiscal.
Por otra parte, se establece que el Gobierno autonómico promoverá la inversión privada «de carácter informal» a través de una convocatoria de concesión de subvenciones «en régimen de concurrencia competitiva», lo que viene a regular la figura de los denominados ‘business angels’.