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Sin títuloUno de los errores más comunes se comete incluso antes de que la entrevista tenga lugar. La preparación del encuentro puede ser decisiva: preparar el posible cuestionario de antemano ayudará a dar con las respuestas adecuadas más tarde y, consecuentemente, a acudir a la cita más relajado. Esta ronda de calentamiento se centra en tres puntos:

1.- Conocerse a uno mismo. «Lo más importante y difícil», explica Virto. «La empresas se fijan cada vez menos en la cualificación y más en la persona: que consiga resultados, que tenga capacidad de respuesta, que sea polivalente... Debemos saber cuáles son nuestras virtudes para poder exponerlas y, sobre todo, ver en qué destacamos que nos diferencia del resto de candidatos». En esta fase la sinceridad lo es todo. Primero con uno mismo, pues no sirve de nada engañarse y acabar afrontando un puesto de trabajo que se escapa a las habilidades del candidato; más tarde, con el entrevistador: «Es muy fácil descubrir si alguien está mintiendo, y si te pillan no tendrás ninguna oportunidad».

También es importante recordar el currículum al detalle -las empresas que realizaron los contratos previos, las fechas…- y tener clara la disponibilidad horaria y para viajar. «No se debe tratar de convencer al entrevistador de que no te pida un traslado o trabajar a ciertas horas si es lo que estipula la oferta de trabajo», advierte la directora de Servicio de Adecco.

2.- Conocer la empresa. Este aspecto es vital si se pretende causar buena impresión. «Les gusta que sepamos quiénes son, lo que también nos dará una pista sobre si de verdad nos interesa o no trabajar ahí», apunta Virto. Si surge una duda en el momento de la entrevista, tampoco se debe tener miedo a preguntar: «Está bien que mostremos interés sobre el futuro de la compañía, sobre las tareas que se van a realizar…».

3.- Conocer el puesto de trabajo. El tercer y último paso preparatorio consistirá en saber algo más sobre el puesto al que se opta: si se requiere experiencia previa, qué conocimientos… Ser conscientes de estos puntos servirá de guía a la hora de exponer unas u otras virtudes. «Por ejemplo, para un puesto de comercial se buscará alguien con un gran nivel comunicativo, capacidad de negociación potente, experiencia de atención al cliente…»

Diversos estudios psicológicos demuestran que basta menos de un segundo para que el cerebro genera la primera impresión de un desconocido. Más importante aún si de esa imagen depende un puesto de trabajo.

entrevistaPor ello, es importante ser puntuales a la cita, «con llegar cinco minutos antes es suficiente». A la hora de saludar al entrevistador, lo ideal es tratar de no perder el contacto visual «sin escrutar ni mirar fijamente», sonreír de manera natural y estrechar la mano «afablemente». «Lo mejor es que después nos dejemos guiar por la persona que nos va a entrevistar», aconseja Virto.

Lo que no se dice acaba siendo tan importante como lo que sí. Los gestos, la expresión facial o la postura denotarán si el candidato está nervioso o todo lo contrario.

  • La postura. En el asiento conviene mantener una postura erguida. «No hay que estar tiesos, pero tampoco demasiado naturales», explica Virto.
  • Gesticular. Si acostumbras a gesticular con las manos, la responsable de Adecco te invita a que mantengas la costumbre. Y si no lo eres, no lo fuerces. Muchas veces, es la tensión la que provoca exagerados aspavientos. «No hay ningún problema en decir que estamos nerviosos o incluso reírnos de ello; bastará con pedir disculpas y tratar de relajarse. Lo importante es ser naturales».
  • Vestimenta. El ‘outfit’ ideal para una entrevista de trabajo dependerá en gran medida del puesto al que se esté optando. Un empleo de atención al cliente requerirá un conjunto más formal, uno de comercial puede pedir un traje y para uno de soldador bastará unos vaqueros y una camisa o camiseta buena. También dependerá de la zona geográfica: «En las ciudades se suele requerir un aspecto más formal que en los pueblos». En cualquier caso, la ropa nunca debe estar arrugada o sucia y se debe acudir aseado y con aspecto cuidado.Al tiempo que recomienda ciertas actitudes, la directiva de Adecco también destaca otras que no harán más que restar puntos a la candidatura:
  • Evitar los monosílabos. A ser posible, hay que evitar responder solo ‘sí’ o un ‘no’: «Lo mejor es razonar cada una de nuestras respuestas, pero sin caer en la divagación. Debemos ser claros y concisos. A veces, con los nervios, algunos candidatos hablan durante minutos y al final ni siquiera han contestado a la pregunta que se les ha hecho».
  • Menospreciar a otras empresas. No se deben lanzar comentarios despectivos hacia empresas anteriores, por muy mala que haya sido la experiencia. «Si ven que insultamos a las compañías donde hemos trabajado anteriormente, pensarán que haremos lo mismo con ellos en un futuro».
  • Discutir sobre el salario. Aunque es correcto preguntar durante una entrevista de trabajo por la cantidad a recibir de nómina, no es el momento idóneo para la negociación. «Como mucho podemos mencionar la banda salarial por la que estamos dispuestos a trabajar», señala Virto.
  • No tratar de llevar el control. Lo ideal es dejarse llevar por el entrevistador: sentarse dónde y cuándo él lo indique, mostrarle el currículum cuando lo pida y contestar a las preguntas que formule -recuerda, con argumentos-. Tú eres el entrevistado y no al revés. Tratar de llevar la iniciativa puede resultar agresivo.
  • Respeta el espacio. No hace falta permanecer inmóvil como una estatua. Está bien adoptar una postura natural y gesticular si el cuerpo lo pide. Sin embargo, hay que tener cuidado y no ‘balancearse’. «Si nos movemos continuamente hacia adelante y hacia atrás podemos invadir el espacio del entrevistador y hacer que se sienta incómodo», indica la responsable de Adecco.

En numerosas ocasiones la empresa exigirá del candidato cierta experiencia laboral previa. En la mayoría, al menos, contará como punto a favor. Para aquellos que no cuenten con esta ventaja, Silvia Virto recomienda centrarse en la formación: conocimientos adquiridos, las prácticas realizadas, destacar las funciones que se llevaron a cabo… En resumen, «trasladar todo nuestro expediente y hacerlo visible. Unirlo a lo que te piden y destacar nuestra capacidad de aprendizaje y polivalencia. Si tenemos ejemplos de nuestra vida diaria en la que apliquemos las aptitudes de las que presumimos, mucho mejor. Ayudará al entrevistador a entender de lo que hablamos», señala Virto.

No hay segundas oportunidades en la primera impresión que causamos en alguien. El 90% de la idea que los demás se hacen de nosotros tiene lugar en el transcurso de los primeros cuatro minutos de contacto. También que entre el 60% y el 80% del impacto que generamos no es de carácter verbal. Es por eso que, en las entrevistas de trabajo, por encima de factores objetivos como el currículum o las referencias, lo que más suele inclinar la balanza es la impresión que el candidato causa al entrevistador. Un apretón de manos convincente o una mirada sin suspicacia pueden ser claves. En el Manual de la Imagen Personal de la Escuela de Empresa y Comunicación BAi, Javier Castroes muy claro: “En los negocios, tú eres la marca y tu apariencia, el logotipo”. Y no olvidemos que, en la apariencia, la gestualidad es algo que nos define: un simple gesto nos puede abrir las puertas o empujar a que tachen nuestro nombre de la lista. ¿Y podemos dominarlos? Lo primero es ser conscientes del valor que cada gesto arrastra consigo.
El saludo Todas las señales corporales que hoy entendemos como una convención social, en realidad tienen una explicación. Sin ir más lejos, el apretón de manos se remonta a la antigüedad y era una forma de demostrar que no se portaban armas. Con el tiempo, este gesto se ha convertido en una estereotipada señal de saludo y buena disposición, aunque, eso sí, no hay dos apretones de manos iguales. Por ejemplo, a la mujer que da un apretón firmese la suele ver de inmediato como una persona de mentalidad abierta, lo que hace que genere buena impresión.
Una manera sencilla de transmitir el dominio de la situación es girando suavemente la mano, en el momento de entrechocarla, de modo que la palma quede mirando hacia abajo. Si, por el contrario, lo que queremos transmitir es absoluto respeto hacia nuestro interlocutor, lo mejor es que las palmas queden alineadas en vertical. Es muy importante aplicar la misma presión que se recibe: unos dedos fláccidos nos retratarán como alguien inseguro; y, al revés, estrujarle los huesos al otro devolverá una imagen autoritaria. Lo que se conoce como el apretón doble (estrechar con ambas manos la que se nos ofrece) se interpreta como un abrazo en miniatura, que no es apropiado si no hay confianza.
La entrevista 
Lo más habitual es que haya una mesa de por medio entre el entrevistador y el candidato. Un gesto muy común es apoyar los codos sobre la mesa uniendo en alto las manos, algo que demuestra una actitud reprimida, ansiosa o negativa. Si no podemos evitarlo, lo mejor es que adoptemos la postura del campanario(los dedos de una mano presionando los de la otra hasta formar una especie de triángulo), ya que esto indica una actitud de confianza y seguridad.
Los brazos 
Algo que siempre deberemos evitar es el cruce de los brazos. Da a entender que no estamos de acuerdo con lo que se nos comunica o que no tenemos una actitud demasiado participativa. Las mujeres suelen mantener los brazos más abiertos cuando están con un hombre que les atrae, mientras que los suelen cruzar sobre el pecho cuando no les interesa lo que les están contando. Para evitarlo, es bueno que sujetes algo con las manos (un bolígrafo, un llavero, unas gafas) y juega con ellos.
Los pies 
Lo primeroque debemos advertir es que mover mucho los pies es un intento del cerebro por huir del momento que se está viviendo. Laspiernas y los pies muestran el compromiso de una persona a seguir con una conversación o a darla por terminada lo antes posible.
Por otro lado, el cierre de tobillos (la postura en la que los pies se retiran debajo de la silla) refleja una actitud retraída, en la que impera el miedo.
Las piernas enroscadas, en las que un pie se cierra en torno a la pierna opuesta, son características de personas tímidas e introvertidas. En el caso de las mujeres, piernas cruzadas y en paralelo transmiten feminidad, seguridad y aplomo, una postura muy recomendable en entrevistas.
La cabeza 
Uno de los gestos que solemos aplicar con mayor inconsciencia es el deafirmar con la cabeza. Aquí la velocidad que apliquemos puede ser capital. Asentir lentamente comunica que estamos interesados en lo que se nos está diciendo, mientras que lo contrario revela impaciencia.
Hay que tener también en consideración cómo colocamos la cabeza. Si la levantamos en exceso es muy difícil que no piensen que miramos por encima del hombro. Tampoco conviene ladearla o inclinarla excesivamente, ya que transmitiremos una señal de sumisión o enfado. Ni que decir tiene que la persona que se encoge de hombros se empequeñece a la vista de su interlocutor.
La mirada 
Siempre nos va a retratar de una manera o de otra. En su libro “El lenguaje del cuerpo”, los expertos Allan y Barbara Rose distinguentres tipos de miradas,según se apliquen éstas a un entorno social, íntimo o de poder. Cuando fijamos los ojos en el triángulo facial comprendido entre los ojos y la boca de la otra persona, estamos aplicando una mirada neutra, social, por la que siempre se nos percibirá como interlocutores no agresivos. En cambio, si el triángulo se amplía a la zona entre los ojos y el pecho, demostraremos interés y lo más probable es que sea la antesala de una seducción. La que estos autores denominan mirada de poder se focaliza entre los ojos y la frente, y tiene un claro valor intimidatorio.
En una entrevista debemos tratar de mantener siempre una mirada apacible y prolongada, que transmita seguridad, pero también comodidad con la persona que tenemos enfrente.
La sonrisa
Las falsas se detectan con más facilidad de lo que nos pensamos. Está demostrado que, cuando un mentiroso sonríe, se le pronuncia más el lado izquierdo de la comisura labial. En una sonrisa auténtica y sincera los hemisferios cerebrales instruyen a ambos lados de la cara para que actúen con total simetría.
Otro gesto muy sintomático de quien no es sincero es sonreír con los labios en tensión, mientras que lo que conocemos como sonrisa torcida no transmite más que un único mensaje: sarcasmo.
Al salir 
Una práctica que empieza a extenderse en estos contextos es la de continuar la entrevista en un bar o local público.Suele ser una iniciativa que toma el seleccionador cuando advierte que el candidato está demasiado rígido. Cuidado con relajarse entonces: el gesto, por ejemplo, de dónde dejamos la taza de café nos puede traicionar. Alguien que se sienta dudoso o inseguro lo más probable es que la coloque en el lado contrario de su cuerpo, formando una barrera con su brazo. Por el contrario, si queremos mostrar una actitud abierta, dejaremos la taza en el mismo ángulo del brazo que utilizamos para cogerla.
Otros gestos
La credibilidad que nos esforzamos en transmitir se pone en entredicho a la primera de cambio por gestos comotragar saliva compulsivamente, un parpadeo demasiado rápido, taparnos la boca al hablar, frotarnos el ojo cuando se nos interpela o la nariz al responder, tirar constantemente del cuello de la camisa… A veces no son más que microgestos, respuestas instintivas que nuestro cuerpo exhibe como un modo de protección ante una situación tensa o incómoda. En la mayoría son situaciones que pueden pasar desapercibidas, pero una persona observadora verá más de lo que podamos intuir a simple vista.
DECÁLOGO BÁSICO EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO 1. Nos quitaremos el abrigo y permaneceremos de pie (¡prohibido sentarse!). La postura idónea es con las manos cruzadas a la espalda, ya que denota confianza.
2. Nada de quedarseen la puerta: entraremos al despacho con decisión, sin arrastrar los pies.
3. Nos acercaremos confiados a estrechar la mano del entrevistador. Tras esto, tomaremos asiento.
4. El apretón de manos. Giraremos levemente la palma hacia abajo y devolveremos la presión que recibamos.
5. Cruzaremos las piernas en una postura cómoda y sobria a la vez. No mover los pies como si estuviéramos siguiendo el compás de una música muda.
6. Al hablar, trataremos de acompasar nuestras palabras con suaves movimientos de las manos. Evitaremos colocar los codos sobre la mesa.
7. Fijaremos la miradaentre los ojos y la boca de nuestro entrevistador, sin ladear ni subir o bajar en exceso la cabeza.
8. Seremos cordialespero sin que parezca que nos tomamos todo a risa. Intentaremos dar una imagen seria (que no antipática).
9. Al salir, estrechamosde nuevo la mano y, al llegar a la puerta, nos despediremos con una leve sonrisa.
10. Si hay café, trataremos de no relajarnos y colocaremos la taza en línea con el brazo que empleemos en cogerla y dejarla